martes, 20 de enero de 2009

CHICHARITO Y SOPEIRA: LA RISA CUBANA

Leyendo el libro “El vuelo del gato” del cubano Abel Prieto (Ediciones B, S.A. Barcelona 2000), en el que se dibuja un paisaje social de Cuba en los últimos 30 años, donde se dan cita el espiritismo, secretismo, cristianismo, santería, rock, hippismo, me llamó poderosamente la atención el término La Risa Cubana, utilizado por el autor. Definida como explosiva, brusca, para abrirse luego suavemente y hacerse mórbida y excesiva, La Risa Cubana es en si misma la vida del propio pueblo cubano, expresión de la mezcla de razas, colores y creencias que en esta isla, la Perla de las Antillas, se han dado.

Paseo del Prado de la Habana, la ciudad de las columnas según Alejo Carpentier

¿Por qué en una revista como esta de la Asociación de Amigos de Alaón hablamos de Cuba y del humor cubano, La Risa Cubana?. Trataré de explicarme. Durante mi infancia en aquellos magníficos veranos de Sopeira de los años sesenta pude oír en no pocas ocasiones, en conversaciones mantenidas con la “gente mayor” de aquella época, hablar de familiares, amigos o conocidos que habían acudido a la guerra de Cuba y de las penurias que pasaron. Santiago Ramón y Cajal, en sus “Memorias”, es drástico cuando dice que la incompetencia de los responsables militares y civiles de la isla mató a más soldados españoles que la propia guerra contra los insurgentes que querían la independencia. De este modo comencé a tener una visión exótica y dramática a la vez de lo que debió ser la Cuba de final del siglo XIX cuando España perdió sus colonias, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, frente al todopoderoso imperio de los Estados Unidos, en una guerra mediatizada y desencadenada por la prensa amarilla norteamericana, encabezada por William Randolph Hearst.
Plaza de los trabajadores en Camagüey

El verano pasado tuve la oportunidad de visitar por fin la isla, conocer muchas de sus ciudades, sus rincones, su carácter y la situación anacrónica en la que viven los cubanos bajo un régimen sin libertades por la perpetuación de un gobierno revolucionario, que tuvo su lógica en 1959 cuando la Revolución expulsó de la isla al corrupto presidente Batista y sus amigos norteamericanos, que habían convertido a Cuba en el casino y el burdel del Imperio.
Cuba, después de casi 50 años de Revolución, vive anclada en unos ideales revolucionarios, con eslóganes presidiendo cada esquina, como si tan solo hubieran transcurrido unos meses tras el triunfo de la Revolución. Este régimen que la gobierna ha conseguido sobrevivir a la caída del muro, al fin de la guerra fría, al bloqueo atroz de 8 presidentes norteamericanos, a intentos de invasión y a planes para asesinar a su líder. Los cubanos viven como si el calendario discurriera todavía por los años sesenta, sufren una fuerte represión política y discursos de muchas horas de duración, padecen graves restricciones energéticas y carecen de libertad de expresión, de información y de movimiento. El régimen está encerrado en si mismo por el empecinamiento de una política exterior americana, dirigida por la impresentable contrarrevolución cubana que vive en Miami (recomiendo leer “Una breve historia de la contrarrevolución cubana” Michael Moore, 2004, http://www.rodelu.net/) y por la escasa y poco apreciada ayuda de la Unión Europea.
Eslogans en La Habana

La difícil situación social y política que vive la isla en el último medio siglo, el carácter cubano, crisol de razas y culturas, el recurso del ingenio ante tanta penuria y necesidad, han hecho proliferar un tipo de humor, La Risa Cubana, que por desarrollarse en un contexto totalitario, supone un doble juego y un doble esfuerzo. Del poeta y periodista disidente Raúl Rivero se dice que es un cubano subversivo por el uso de La Risa. No de la carcajada ruidosa, sino de la otra risa, silenciosa, corrosiva y dinamitera. Pero fue ya a partir de 1938, en una Cuba prerrevolucionaria, donde acudían un gran número de españoles escapando de la depresión económica en su tierra, cuando aparecieron personajes cómicos como el Bobo de Abela, Leonardo Moncada, Chicharito y Sopeira o Cascabeles Candado. Estos personajes tuvieron su inicio en “sketchs” cinematográficos, programas de radio de gran audiencia y luego pasaron a la televisión, de la mano de destacados escritores, guionistas y productores como Manolo Alonso, Antonio Castell y Enrique Núñez.
Esta tendencia se ha mantenido hasta ahora y buen ejemplo de ello son películas deliciosas como “Fresa y Chocolate” o “Guantanamera” de Tomás Gutiérrez Alea, “Lista de Espera” de Juan Carlos Tabío o la más reciente “Habana Blues” de Benito Zambrano, o líneas tan bien concebidas como las
que recoge el Proyecto Trespatines (www.cubaencuentro.com) que se define como una llamada a los cubanos de todas las edades, razas, sexos, tallas de gorra y códigos postales. De estas líneas me gustaría reproducir literalmente algunas sugerencias para hacer un país habitable con clara referencia a Fidel Castro:

--“Sobre libertades, derechos y deberes: - Se prestará especial atención a proteger y aplicar el derecho a la jubilación, especialmente para toda persona que haya desempeñado durante más de 40 años cargos de alta responsabilidad (se entiende por cargos de alta responsabilidad aquellos que cuentan con más de 10 millones de subordinados). Nunca se insistirá lo bastante en que las personas que durante más de cuatro décadas se han visto esclavizadas a ejercer cargos de tanta importancia, deben ser urgidas por todos los medios posibles a disfrutar tranquilamente de un merecido descanso en cualquier lugar al menos a tres galaxias de distancia”--.

La Risa Cubana, impregnada de sarcasmo, crítica atroz, sembrada de vocablos como “mi amol” “comemielda” “compañero”, no está falta de sensibilidad, ternura, incluso desesperación, nacidos de un profundo orgullo cubano, cuyas raíces surgen entre sones, salsa, rumbas, guagancos, chachachás o mambos. Entre estos personajes cómicos que han trascendido en el tiempo destacan una pareja, Chicharito y Sopeira, este último un “gallego” cuyo nombre me ha servido de excusa para hablar de Cuba en esta revista estival que viene a ser una crónica de gentes que algo tienen que ver con este rincón de la Ribagorza.

Chicharito y Sopeira, conocidos también como Alberto Garrido y Federico Piñeiro o también como “negrito” y “gallego” sirvieron durante muchos años para hacer crítica social de la época y crónica diaria de la actualidad nacional, haciendo especial mofa de dos sectores de la sociedad cubana, los negros y los emigrantes gallegos (españoles), estos últimos, huyendo de una España en la grave crisis económica de la postguerra, acudían a Cuba en busca de fortuna.
Ambos eran extraordinarios cómicos, Chicharito más simpático que Sopeira, éste mejor actor que Chicharito. Actuaban a veces junto a “mulata” constituyendo el plato fuerte de toda representación de teatro bufo de la época. Chicharito, “negrito”, era un personaje poco amigo del trabajo, empeñado en estafar o al menos manipular a su favor. Sopeira, “gallego” era menos amigo de bromas, más lento de pensamiento, generalmente más responsable, pero igual de pobre. Nació en Santa Clara, provincia central de Cuba en 1903, por tanto era un falso gallego, que a sus dotes de excelente actor unió las de empresario. Se convirtió en propietario de varios cines, creó su propia empresa de producción P.I.C.A. llegando a rodar la película “Yo soy el héroe” (1940). En la segunda película donde actuaron Alberto Garrido y Federico Piñeiro, “Mi tía de América”, lo hicieron por separado, sin formar el dúo “negrito” y “gallego”, pero su fama era tal que tan solo su aparición en los créditos de la película aseguraba su éxito. Más información sobre el cine cubano en “En el Corán no hay camellos” de Mario Piedra Rodríguez, Ediciones do Castro 2001.

Alfredo Jiménez Bernadó
Junio 2005

4 comentarios:

  1. es una semblanza muy real del proceso cubano, te felicito!
    s.mollinedo@yahoo.com.mx

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  2. ...un cubano como yo sabe cuando se habla con la verdad y la documentación sobre bases sólidas de la realidad...que atino de comentario, que lástima que no escribas mas sobre el tema en tribunas importantes.
    tengo una caricatura que hice y quisiera enviartela, mi correo es ynamsosmany@yahoo.com.mx
    o s.mollinedo@yahoo.com.mx

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  3. s.mollinedo@yahoo.com.mx

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  4. Rafael J Rodríguez4 de octubre de 2012, 16:55

    Comencé a leer su artículo y me detuve para no seguir leyendo cuando menciona que Cuba se convirtió en el casino y burdel del imperio.
    Voy a ser breve y mantener la cordura.
    Causa repugnancia su expresión. Por supuesto que usted no sabe de los adelantos de la imperfecta Cuba. Nada es perfecto, pero Cuba era en casi todo segunda al Imperio a que usted se refiere con tanto desprecio. Hoy día, Gracias a Dios, vivo en el Imperio Americano tan odiado (envidiado) por todos.
    Recuerdo que cuando era niño fue la antipática Sarita Montiel a Cuba y le dijo a Pumarejo, el empresario de TV que la llevó que en España todavía no existía la televisión. Sepa que Pumarejo transmitió televisión en color en Cuba comenzando el 19 de Marzo de 1958.
    Ahora Cuba si es el burdel de viejos decrépitos españoles que practican, como todo buen europeo, el turismo tortillero. Vosotros en España conocéis bien la expresión.
    Pienso que debe documentarse con la realidad de la imperfecta Cuba.
    Rafael J Rodríguez
    North Carolina
    Imperio Americano con mucho orgullo.

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