lunes, 9 de febrero de 2009

GUERRA A LA OBESIDAD. DIETAS? CIRUGÍA?

En el transcurso de unas merecidas vacaciones veraniegas, disfrutando de la familia, amigos, entorno natural y exquisitas viandas, es muy probable que a muchos de ustedes no les interese conocer un poco más sobre un grave problema de salud, la obesidad. Sin embargo, si finalmente decide leer más allá del título, quiero que vean el artículo como una guía para ayudarles a vivir de manera más saludable.
A buen seguro, la mayoría habrán visto en televisión, oído en la radio o leído en la prensa, a lo largo de este año, alarmantes noticias relacionadas con operaciones de obesidad que acabaron de manera fatal. Tal vez el sensacionalismo que rodea a una muerte en el quirófano contribuya más a desinformar que a mostrar realmente la magnitud del problema. Lo que viene a continuación puede aportarles la información que precisan al respecto.
La obesidad, que en tiempos pretéritos fue considerada una condición deseable (la curva de la felicidad del hombre cuarentón era un testimonio de salud y bienestar) y constituía la figura ideal en la mujer como inmortalizaron pintores famosos como Rubens, es hoy día una enfermedad crónica severa que desencadena o agrava otras enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes, los problemas respiratorios, las enfermedades del corazón, las varices, la artrosis y muchas más que no referiré para no alargarme en exceso. Es necesario recordar que recogiendo cifras de veinte países europeos, mueren al año por la obesidad y sus consecuencias 320.000 personas. Algo ha tenido que cambiar en los últimos cincuenta años para que entre una población como la nuestra fuera excepcional ver una persona entrada en kilos y hoy más del 15% son obesos. El aumento del nivel de desarrollo, el fácil acceso a todo tipo de alimentos, el influjo de corrientes venidas de fuera con hábitos alimenticios muy perjudiciales y el alarmante descenso de la actividad física de la población, cada vez más sedentaria, desequilibran la balanza energética, lo cual se traduce en un depósito de grasas en el organismo, en decir en la aparición de la obesidad.

Las Tres Gracias, óleo de Rubens

No deja de resultar curioso que precisamente la obesidad se incremente de manera alarmante en todo el mundo cuando nunca como ahora ha tenido tanta importancia la figura, la imagen, en especial entre los jóvenes. La adopción de patrones estéticos en los que la figura muestra una extrema delgadez, contribuye a provocar desórdenes alimenticios que pueden conducir a situaciones extremas tanto de anorexia como de avidez por los alimentos (bulimia). Esta circunstancia que hemos calificado como curiosidad, se torna en injusticia social cuando pensamos que entre los cerca de 6500 millones de habitantes del mundo, un buen número de ellos gasta ingentes cantidades de dinero por culpa de la obesidad y para casi 1000 millones de personas el problema del hambre y la desnutrición sigue siendo terrible, según datos de la FAO, organismo internacional que reconoce su fracaso en la guerra contra el hambre.
Obesos en Estados Unidos

La alimentación sana y equilibrada y el ejercicio físico son las claves para que el organismo mantenga su peso dentro de los límites saludables. Hoy se sabe que nuestro país, incluido dentro del área del Mediterráneo, tiene en su estilo de alimentación, la dieta mediterránea, uno de sus mejores activos. La alimentación diaria precisa la ingestión de medio centenar de componentes esenciales: 2 tipos de grasas, 8 tipos de aminoácidos, 13 vitaminas y unos 20 minerales. La dieta ideal debe mezclar los alimentos de modo que estén presentes todos los componentes de manera adecuada. Tan solo la leche materna cumple por sí sola estos requerimientos. Una persona adulta necesita dietas con valores energéticos diarios que oscilan entre las 2700 kilocalorías para el hombre y las 2000 para la mujer. La dieta mediterránea tradicional cumple estos requisitos también porque se basa en el alto consumo de productos de la tierra, vegetales, legumbres, frutas y hortalizas, ricos en fibra, vitaminas y minerales, un consumo moderado de vino y de grasas con predominio de las contenidas en el aceite de oliva, aceitunas, frutos secos y pescados (ácido oleico, ácido linoleico y ácidos omega 3), y una ingesta menor de carnes y grasas animales.

Productos de la dieta mediterránea

Es posible que ahora estén preguntándose si el problema de la obesidad les afecta o no. Para saberlo no es necesario ir al médico. Existen sencillas reglas que permiten conocerlo de manera rápida. La más sencilla utiliza la altura de cada persona. Así por ejemplo, una persona que mida 1’70 metros, debe pesar en torno a 70 kilos, mientras que si su talla es de 1,60 metros, todos los kilos que sobrepasen la cifra de 60 le sobrarán. Se toman por tanto los centímetros que pasamos del metro para tener una cifra orientativa de nuestro peso ideal. Una fórmula mucho más exacta que la anterior es la que determina el Índice de Masa Corporal (IMC) que relaciona la altura con la superficie corporal:


De este modo siguiendo a la Organización Mundial de la Salud podríamos tener los siguientes rangos:



Por tanto la situación ideal es tener un IMC entre 18 y 25, cuando estemos entre 25 y 30 nos sobrarán unos cuantos kilos, podremos considerarnos realmente obesos entre 30 y 40, y aquí empiezan los problemas serios de la obesidad, problemas que se acrecientan de manera notable en los obesos mórbidos con IMC entre 40 y 50 o en los superobesos con más de 50, cuyo riesgo vital es enorme.
¿Qué hacer?. Desde luego cuando nos sobren unos kilos lo que no hay que hacer es recurrir a dietas o medicamentos milagro. No existen, la mayoría suponen la utilización de determinadas hormonas que pueden tener serios efectos secundarios. Lo más correcto es controlar lo que comemos y bebemos, recurrir a una dieta mediterránea bien llevada y todo ello, mejor bajo supervisión médica. El problema se plantea en los obesos mórbidos o superobesos. Estamos hablando de personas con 120, 150, 200 kilos de peso, en los que las dietas por lo general están condenadas al fracaso. Concurren en estas personas una serie de condicionantes físicos, psíquicos y de entorno social que imposibilitan el éxito de los endocrinólogos y sus tratamientos. Es aquí y tan solo aquí donde la cirugía puede tener algo que decir.

El ejercicio físico, un buen complemento a la dieta

Si no tengo más solución que operarme, ¿qué debo saber?. En primer lugar es necesario estar en manos de equipos médicos con experiencia en estas operaciones. Desaconsejo operarse por cirujanos no acostumbrados a este tipo de pacientes. En segundo lugar es preciso saber que las operaciones son complejas, pueden hacerse abriendo el abdomen o a través de varios pequeños orificios (cirugía laparoscópica) y su fundamento es reducir el tamaño del estómago con lo cual se ingiere menos cantidad de alimentos y además hacer un cortocircuito en el intestino para tener una peor absorción de nutrientes. En tercer lugar, debo recordar que hay riesgo, de tal manera que de 10 a 15 enfermos, de cada 100 que se operan, tienen complicaciones más o menos graves y uno llega a fallecer. Este riesgo de la cirugía es asumible porque los obesos mórbidos, por su exceso de peso, tienen amenazada su vida y acortadas sus expectativas debido a las serias complicaciones cardiacas, respiratorias, articulares, que más bien pronto que tarde acaban desarrollando. Finalmente hay que decir que los operados precisarán revisiones de por vida en un intento de controlar, prevenir o tratar algunas deficiencias de minerales o vitaminas que pueden surgir tras la operación y es posible que luego necesite otras operaciones de cirugía plástica para corregir algún exceso de piel sobrante en brazos, muslos, abdomen y, en el caso de las mujeres, operaciones para corregir la ptosis mamaria (mamas caídas).

Mujer con obesidad mórbida

Sin más, disfrutemos de las vacaciones comiendo y bebiendo con conocimiento y hagamos de la actividad física y el ejercicio un complemento indispensable. La línea y sobre todo la salud se lo agradecerán.

Alfredo Jiménez Bernadó
Junio 2004.

1 comentario:

  1. Excelente página, la información es muy orientadora.
    gracias por compartirla

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